
June 20, 2018.
La educación en Cuba se reafirma no solo como uno de los pilares fundamentales de la Revolución, sino que también sabe reinventar sus estrategias teóricas en aras de alcanzar mayores potencialidades en terrenos empíricos. Es por ello, que las contribuciones de las universidades cubanas a las esferas económicas y sociales supone en tales escenarios una labor en ascenso.
El país cuenta con un alto potencial humano calificado y con elevada capacidad de generar conocimientos para garantizar el empleo de la ciencia como proyecto que impulsa el desarrollo económico nacional, afirmó la Directora de Ciencia y Técnica del Ministerio de Educación Superior (MES), Ondina Jacinta León Díaz.
En este sentido, la especialista aclaró: “La ardua tarea del MES ha propiciado una política de ciencia, tecnología e innovación hasta el 2030 establecidas en líneas de investigación de carácter territorial y nacional que responden a las estrategias principales del país para su desarrollo.”
Resultados tangibles de las líneas de investigación
Muchas han sido las alternativas que Cuba busca para elevar los resultados en materia económica y por supuesto, la ciencia es uno sus entramados esenciales.
Durante casi más de veinte años los investigadores se han vinculado a las comunidades para incorporar los conocimientos científicos en función de las necesidades y demandas reales de la nación.
La construcción ha sido una de las ramas en las que se ha incorporado tales principios. Es así como surge la innovación de tecnologías y de talleres encaminados a desarrollar un modelo de construcción local. “El cemento desde el principio nos ocupó, por lo que nuestras ansias era producir un producto factible y ecológico que costara menos, redujera las inversiones y fuera de calidad”, dijo el Director del Centro de Investigaciones de Estructuras y Materiales de la Universidad Central Marta Abreu, José Martinera Hernández.
El proyecto, nacido en el año 2005 a partir de una colaboración con una universidad suiza, ha propiciado entre sus mayores ventajas la elaboración de una nueva fórmula de cemento. Su peculiaridad es que reduce a la mitad la cantidad de clínker (compuesto más costoso en la elaboración del producto) y disminuye hasta un 35 por ciento las emisiones de dióxido de carbono. “Este material, igual de efectivo en comparación con otro tipo de cementos, está listo para salir a la práctica, cubrir las necesidades y aumentar su disponibilidad a nivel local”, enfatizó Martinera Hernández.
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Las universidades cubanas mirando hacia el futuro (+ Video)